En su legendaria carrera en el Barça, Leo Messi jugó y se adaptó a ocho entrenadores diferentes. Casi todos esos entrenadores tenían sus propias maneras, y para un jugador normal es todo un reto adaptar su juego a las exigencias del técnico. Sin embargo, la evolución de Leo con cada entrenador fue carismática, ya que el argentino siguió alcanzando nuevas cotas con todos ellos gracias a su polivalencia. Analicemos sus actuaciones con los principales entrenadores del Barcelona.
De niño prodigio al mejor del mundo: La transición de Rijkaard a Guardiola
Leo debutó con el Barcelona de la mano de Frank Rijkaard y, en aquel momento, pocos podían predecir que este pequeño llegaría a convertirse en el más grande de todos los tiempos. Bajo la dirección de Frank, Leo empezó como un explosivo extremo derecho. De adolescente, Messi aterrorizaba a las defensas con sus regates eléctricos y se convirtió rápidamente en un prodigio del fútbol.
Sin embargo, fue la llegada de Pep Guardiola en 2008 la que realmente facilitó el desarrollo de Messi. La visionaria decisión de Guardiola de desplegar Messi como falso nueve revolucionó el fútbol del Barcelona. De repente, el rematador más letal del fútbol se convirtió también en su fuerza más creativa. Messi se dejaba caer en profundidad y orquestaba el juego, y aun así mantenía su increíble producción goleadora. La temporada 2011/12El gol de Leo, hasta la fecha, sigue siendo un testimonio de perfección. Leo ganó 4 Balones de Oro en 4 años con Pep Guardiola.
Una máquina despiadada: Los años de la MSN
La era de Luis Enrique supuso otro giro apasionante en el juego de Messi. Mientras que el sistema de Pep exigía que el juego girara totalmente en torno a Messi, el enfoque directo de Lucho permitió que La Pulga elegir sus momentos. Al jugar junto a Neymar y Suárez en la legendaria MSN, Messi perfeccionó el arte del equilibrio: menos toques pero un impacto aún más devastador.
La campaña de 58 goles de Messi en 2014-15 mostró su capacidad goleadora siempre explosiva, mientras que sus 21 asistencias la temporada siguiente revelaron su dominio de la creatividad. Era el Messi más completo, menos participativo en el juego de construcción, pero más letal que nunca en los momentos decisivos.
El Messi de Valverde: Un equipo roto a sus espaldas
El mandato de Ernesto Valverde a menudo se pasa por alto cuando se habla de la carrera de Messi en el Barcelona. Pero si miramos de cerca, nos daremos cuenta de que el rendimiento del argentino durante este periodo merece más reconocimiento. El centro del campo del Barcelona estaba en transición y Valverde construyó un sistema que maximizaba el superpoder de Leo para conservar su potencia andando y luego explotar.
La temporada 2018/19 vio a un Leo de 31 años llevar a una plantilla envejecida con 51 goles. Entre ellos, algunos fascinantes tripletes, fantásticos tiros libresy goles preciosos. Aunque el fútbol del Barcelona no siempre fue bonito, la capacidad de Messi para adaptar su juego a las necesidades del equipo no hizo más que demostrarnos lo inteligente que era el pequeño genio.
El gran colapso: Un genio atrapado en un sistema moribundo
Los últimos capítulos de la historia de Messi en el Barça de Setién y Ronald Koeman fueron desafortunados. Sobre el papel, sus números siguieron siendo estelares: una sólida cifra de 30 goles en su última temporada mantuvo vivo al Barça en la mayoría de las ocasiones. Pero ver a Messi durante este período se sentía un poco diferente. Los momentos mágicos estaban ahí, pero ahora eran forzados. Como si intentara compensar él solo los gigantescos defectos del equipo.
Esa imagen icónica de Messi con la cabeza gacha, abatido tras la humillación del 8-2 resume bastante bien la era Setien y Koeman. El mejor jugador de todos los tiempos fue defraudado por la gente y la institución que amaba.