El liderazgo de Messi como capitán del Barcelona

La capitanía del Barcelona de Leo Messi llegó en un momento complicado. Xaviesta se había marchado, Neymar había traicionado al Barcelona y se habían producido salidas europeas a manos del Atlético, la Juventus y la Roma. El Barcelona de Bartomeu buscaba un líder. Leo se vio inmerso en este caos, pero aun así llevó al equipo a través de sus épocas más oscuras. Analicemos el estilo de liderazgo de Messi y su mandato como capitán del Barcelona.

¿Capitán por defecto o por destino?

Los críticos siempre cuestionaron el liderazgo de Leo. Aun así, en 2018 se le entregó el papel de capitán. Messi nunca persiguió los focos, pero aun así tuvo que heredar el papel de capitán de Iniesta. Los medios de comunicación dijeron que carecía de la presencia vocal de Xavi y Puyol, pero ¿cuál era el punto?

La primera temporada de Messi con el Barça fue inspiradora. (Reuters)

Nunca se puede juzgar a un pez por su capacidad para trepar a un árbol. Messi siempre ha sido un jugador que deja que su juego hable por sí solo. Aunque vimos a Messi tomar el micrófono y hacer algunas promesas a los aficionados antes de que empezara la temporada, el verdadero liderazgo de Leo se demostró sobre el terreno de juego. Y las actuaciones fueron extraordinarias. En la primera temporada que Messi recibió el brazalete, ganó el Balón de Oro con un rendimiento increíble (50 partidos, 70 G/A, ocho tiros libres, cuatro hat-tricks) durante toda la temporada. Lamentablemente, el resto del Barça le falló. El equipo no le proporcionó un reparto de apoyos digno de su liderazgo.

Messi se echó a la espalda la plantilla rota del Barça

A partir de 2017, Messi capitaneó al Barcelona, un club en caída libre debido a los desastrosos fichajes de CoutinhoDembélé y Griezmann. La situación directiva también era patética, y la infraestructura financiera se desmoronaba.

Messi ganó el Balón de Oro en su primera temporada como capitán del Barça. (RTL)

Pero los números de Messi se dispararon. La campaña 2019 fue una misión de rescate en solitario. Las actuaciones de Leo en la UCL, especialmente su precioso tiro libre contra el Liverpool, también le valió el premio de la UEFA al mejor delantero de la temporada. Incluso en la temporada 2019/20, en la que el Barça perdió 8-2 contra el Bayern en la UCL, el rendimiento general de Messi en la temporada fue extraordinario (44 partidos, 56 G/A). La directiva y el equipo le fallaron constantemente, pero Leo siempre se convirtió en la red de seguridad del Barça. Fue la prueba de que el auténtico liderazgo no consiste en discursos, sino en responsabilidad.

Lo que le faltaba al liderazgo de Messi

Aunque Messi tuvo una actuación brillante sobre el terreno de juego, uno de los factores de su liderazgo no fue su punto fuerte. La incapacidad de Messi para cohesionar al equipo fuera del campo fue contraproducente tras el varapalo de Anfield. La división en el vestuario creció, y demostró que su capitanía tenía ciertos límites. A diferencia de la severa presencia de Carles Puyol en el vestuario, la influencia de Messi en el vestuario no era la mejor.

Messi participó en todos los remates del Barça en el desastre de Anfield en 2019. (MARCA)

Según los informes, los veteranos (Piqué, Busquets) chocaron con los recién llegados (Griezmann, Dembélé) y las cosas se liaron. La única respuesta de Messi fue jugar más duro, lo que no fue la mejor estrategia. La toxicidad en el vestuario fue en aumento y, al final, el Barcelona se tambaleó en 2021.

El regreso de Messi al liderazgo

Y en lugar de arreglar la situación, Laporta apartó al propio Messi del equipo en 2021. Fue la situación más desgarradora para todos los culés de la Tierra. Messi se quedó llorando y se fue al PSG con una misión. Su etapa en el Barça había terminado, pero Leo tenía otra cosa en la cabeza: el Mundial de Catar 2023.

El liderazgo de Messi llevó a Argentina a ganar el mayor trofeo del fútbol. (The Athletic)

Messi aprendió de sus errores y desarrolló una feroz selección argentina con su liderazgo. Se puso en modo bestia a lo largo de toda la campaña, liderando vocalmente tanto dentro como fuera del campo, así como a través de sus actuaciones. Al final, conquistó la gloria suprema al levantar la Copa Mundial. Demostró al mundo que, si le hubieran dado tiempo suficiente, también habría resuelto la situación del Barcelona. Pero ya era demasiado tarde.

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